Estimado socio,
No recuerdo el día exacto en que me enamoré de la equitación. Pero te recuerdo.
El cálido aliento en mi mano.
El peso de la confianza en tus ojos.
Tu olor.
Y la forma en que me llevaste, no solo en tu espalda, sino a través de momentos de miedo, libertad y fuego.
Más que un deporte. Más que una silla de montar.
La gente a menudo pregunta: “¿Por qué montas?”
No entienden que montar a caballo no es solo un deporte. Es un idioma que se habla entre corazones.
Es aire de la mañana antes de que salga el sol.
Son rodillas magulladas, botas polvorientas y confianza inquebrantable.
Me enseñaste paciencia. Me enseñaste la presencia. Me enseñaste a respirar. Y me enseñaste a estar en el momento.
El vínculo que nos viste.
Lo que uso cuando te monto no es aleatorio.
No es solo por la apariencia (aunque nos vemos impresionantes juntos). Es parte del ritual.
La forma en que me abrocho los pantalones, se siente como una armadura.
El clic de mis botas, es ritmo.
¿Mi capa base Astra Noctis? Es mi declaración silenciosa:
“Pertenezco aquí. Nací para esto. Nací para ti”.
Un bono. Una mirada.
Tú y yo, somos un equipo. Nos vestimos igual. Somos un corazón en dos cuerpos.
Mis movimientos están guiados por los tuyos.
Tus instintos reflejan los míos.
Y juntos, hacemos una silueta audaz: enfocada, feroz, libre y para siempre un equipo.
Para siempre tuyo,
Tu Rider.
>> Soy AN Ecuestre<<
Ese es el espíritu de ti, de mí y de Astra Noctis.
No solo vendemos ropa.
Vestimos el vínculo entre el caballo y el humano.